El lujo de tener pareja

    

   Estar en pareja, en mi opinión, se debe sentir como un privilegio y no como una obligación. Es como heredar una fortuna que no te esperabas y con la que a veces has soñado. Como que te toque la lotería. De pronto eres tú mismo pero con un mundo nuevo de oportunidades. Tú mismo pero con más fuerza. Con más tranquilidad. Con más alegría y energía. Con más ganas. 


  Nunca viví la soltería con la sensación de que me faltara algo, de estar incompleto. Aunque desde mi edad adulta siempre anhelé encontrar a alguien con quién compartir mi día a día. 


   Yo estoy mejor solo”. He oído esta frase de amigos, conocidos y clientes en incontables ocasiones y no soy yo nadie para juzgar lo que sienten los demás. Pero sí me planteo una pregunta; si estás bien siendo un trabajador asalariado, ¿rechazarías un puesto mejor, con mayor sueldo y mejores condiciones? Puede que la clave para entender el porqué de la afirmación anterior sea que cuando no tenemos algo, pensamos negativamente sobre lo que puede suceder. Nuestra experiencia previa o la de nuestros seres cercanos, o incluso lo que las películas y series nos muestran continuamente, influya mucho en este sentimiento. ¿Por que dejar la situación actual para estar peor? Al fin y al cabo solo soy libre de hacer lo que me da la gana y no tengo que dar explicaciones a nadie. Como dice el refrán, “más vale malo conocido que bueno por conocer”.


   Ahora bien, a mí ese refrán nunca me convenció. En inglés su equivalente sería, “better the devil you know”. Algo así como, mejor el diablo que conoces. En este caso no comparamos lo malo con lo bueno y, aunque implícitamente va encaminado en la misma dirección, nos da un margen de interpretación, que en mi caso, lo hace algo más positivo. 


   Conozco a este demonio. Así que si va a venir otro demonio al menos a éste ya lo tengo calado y puedo manejarlo. Pero qué pasa si lo que viene no es un demonio sino un ángel.   También puedo no querer al demonio aunque lo conozca, ¿no? Y si el refran fuese, “más vale bueno por conocer que malo conocido”. O, “ya conozco este diablo y no lo quiero”.


   Lo que la sociedad cree sobre las relaciones, entre otras cosas, hace que creemos conceptos que se reflejan en frases y refranes que repetimos sin pensar que, quizá es un pensamiento heredado y no una reflexión personal. Sea como fuere, influye en nuestra toma de decisiones, comportamientos y finalmente en cómo nos relacionamos con el mundo.


   Una herencia inesperada o una lotería no tiene porque traer consigo nada malo. Una promoción en el trabajo, aunque aquí podríamos matizar un poco, podríamos verlo en principio como algo positivo. Claro que si en nuestra mente tenemos la idea de que esa promoción viene con más responsabilidades de las que queremos o podemos asumir, una subida de sueldo que no compensa esa responsabilidad y las horas extras, entonces no firmo. Pero creo  hacer dicho anteriormente, “una promoción con mayor sueldo y mejores condiciones”.


   Lo bonito de estar en pareja es que día a día se pueden revisar las condiciones del contrato. Valorar las horas que podemos invertir, qué responsabilidades estamos dispuestos a asumir y negociar qué aportamos y qué queremos que nos aporten. No es un contrato con permanencia ni una condena. No es un trabajo que no nos queda más remedio que soportar porque tenemos obligaciones que cumplir. 


   Estar en pareja es algo que debemos elegir libremente, sin prejuicios pero con consciencia.Y con la ilusión que de esa lotería no te cambiará como persona pero te apoyará en lo que eres y lo que quieres realizar en la vida.




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