¿Cuánto te gusta lo que te gusta?
Esta es la pregunta que nos hacían desde un anuncio de compresas en los ochenta/noventa. Del anuncio recuerdo especialmente a dos mujeres que mostraban sus gustos y cuánto les gustaba lo que les gustaba. Ambas decían; ”me gusta el negro” pero las dos desde escenarios y looks muy distintos que hacían que esa afirmación denotara matices radicalmente diferentes.
Por una lado una chica joven y con un look “romántico” en una habitación que parecía decorada por Hilary Farr de “love it or list it” mostraba un tanga negro mientras decía; “ me gusta el negro”
La segunda chica, también joven, pero vestida totalmente de negro, con un look gótico al que hoy en día estamos más acostumbrados pero que en aquella época no era tan frecuente ver y en una habitación en este caso decorada por Tim Burton mostraba igualmente un tanga negro y por supuesto nos decía; “ ME GUSTA EL NEGRO”
Por supuesto que lo que acabo de contar no es tal y como fue, sino como lo recuerdo y sabiendo que con los años, seguramente habré rellenado los huecos de mi mermoria con imagenes y frases que romanticen esta idea. Pero el concepto era ése.
Lo que me atrapó de este anuncio fue la chica de negro. Una versión de Winona Rider en Beetlejuice a la española. No recuerdo bien mi edad cuando el anuncio se emitía pero sí que estaba en un momento bastante gótico a nivel musico/estético del que, en el fondo, nunca he abandonado. Lo cual me hizo posicionarme por la chica de negro al instante y ententer que a mi “ME GUSTA EL NEGRO”.
Desde entonces, cuando oía a la gente decir, “me gusta tal o cual cosa” era inevitable para mí la imagen del anuncio y su maravillosa pregunta. En ocasiones planteaba yo esa pregunta a quién acababa de hacer su declaración en un intento de “clasificar” a la persona en una de las dos categorías: romántica o gótica.
En general, no he conocido a muchas personas con mis mismos gustos en el sentido que nos muestra el anuncio. Al menos no en mi entorno cercano. Pero siempre me resultó curioso oír a ciertas personas decir que les gustan las mismas cosas buscando afinidad, cuando en realidad una es “la romántica” y la otra es “la gótica”.
Finalmente no importa qué te gusta o cuánto te gusta lo que te gusta. Lo importante es saberlo, disfrutarlo y compartirlo con quien tienes afinidad y, desde luego respetar a los que no la tienen. Para gusto colores. Y aunque yo me quedo principalmente con el negro del resto de colores tienen lugar en mi vida.
Y como hoy me siento refranero, para muestra un botón. Os dejo un tema de mi último álbun, “ID”, al que no falta color.
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